Con tantos “thrillers” basados en la
ficción, con objetos tan valiosos que se necesitan recobrar para evitar
la destrucción del planeta, intentos de asesinato de altos funcionarios
que provocarían guerra mundiales a punto de suceder, o claves secretas
de misiles nucleares. Es refrescante que haya una película en cartelera
que cuente la historia de tres agentes secretos del gobierno israelí con
una misión tan personal como secreta.
No es del todo una perfección como para
que existan rumores de que será nominada a los Oscars y sería incorrecto
darle pase libre sólo porque estelariza Helen Mirren. Tiene un grave
defecto de confundir a la audiencia con brincos en la línea del tiempo,
es absurdo, innecesario y creo que sabotea un interesante libreto que no
necesita de trucos para cautivarnos. Luego tiene un inicio lento, lleno
de diálogos que parece que no lleva a ningún lado, siempre dando breves
detalles que dan ganas de darles cachetadas para que suelten la sopa de
una vez por todas. Entonces mientras estaba sentado esperando durante
cuarenta minutos que algo me despertara, es como si la película tuviera
un switch y el resto es verdaderamente emocionante.
Tres veteranos agentes del Mossad ya
retirados, Rachel Singer (Helen Mirren) , Stephan Gold y David Peretz
(Ciarán Hinds) se convirtieron en figuras respetadas en Israel gracias a
una misión que realizaron treinta años atrás. Su objetivo fue el de
localizar en Berlín al criminal nazi Dieter Vogel (Jesper Christensen),
apodado el “cirujano de Birkenau” , extraerlo del país y llevarlo de
vuelta a su país de origen para ser objeto de juicio. Suficiente decir
que nada es lo que parece y el secreto de la misión es capaz de destruir
sus vidas. Para ayudarnos a comprender lo que sucedió, es que vemos las
versiones jóvenes interpretadas por Jessica Chastain, Sam Worthington y
Marton Csokas; llevando a cabo la misión en los años de 1964 y 1965.
Quizás no sea tan importante para uno
como extranjero, las razones que llevaron a los agentes ha guardar “el
gran secreto”. Si lo vemos objetivamente, la verdad los hubiera sido lo
mejor y al final el destino que le tenían preparado a Dieter Vogel
eventualmente se hubiera logrado. El libreto hasta nos brinda la
oportunidad de conocer las motivaciones de los personajes que van desde
venganza familiar y hasta honor para el país, esto es evidente en una
excelente escena entre David y Dieter que con justa razón termina en
golpes. Es por eso que me hubiera gustado conocer más a detalle el valor
de lo que estas personas estaban haciendo. Se sabe que los nazis
cometieron atrocidades, pero el villano resulta muy fácil para no
condenar las acciones del trío de agentes, luego son héroes por haberle
dado chicharrón y hasta los invitan a eventos para recibir
agradecimientos. ¿Es esto lo que acaso se llama justicia?
La película no se mete en líos, ni
complejidades al grado de que se mantiene firme en las caracterizaciones
de sus personajes. No existe ninguna condena o mensaje oculto que
pretenda darnos a conocer, entonces es prácticamente entretenimiento que
contienen elementos de hechos verídicos que provocan más apego a lo que
sucede y de lo que normalmente somos testigos.
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