
¿En qué medida debemos ser sinceros con nuestra pareja? ¿Debe ser la fidelidad el principio en el que se fundamenten nuestras relaciones sentimentales? Estas dos preguntas son las que se formula Sólo una noche, el debut en el largometraje deMassy Tadjedin, una guionista a la que conocíamos por su libreto para ‘The Jacket’.
La directora sigue los dos miembros de un joven matrimonio en crisis. Durante una fiesta de trabajo, ella (Keira Knightley) se da cuenta que su marido coquetea con una nueva compañera de trabajo. A la llegada al hogar conyugal, ambos discuten acerca de la atracción que siente él (Sam Worthington) por su nueva colega (Eva Mendes). Después de hacer las paces, el esposo emprende el viaje junto a la atractiva señorita, mientras que su mujer permanece en la ciudad. Durante una sola noche, él tendrá un affair con su colega y su esposa se reencontrará con un antiguo amor que conoció durante su estancia en París (Guillaume Canet).
Este argumento tan sencillo es la excusa que Tadjedin utiliza para desarrollar una historia llena de diálogos acerca del amor, la atracción y la infidelidad. Lo hace con cierta pericia y sin caer excesivamente en el subrayado. Quizá el problema resida en lo poco original de su propuesta y en la desigual manera que están tratadas las dos infidelidades. Mientras que el peculiar encuentro entre la mujer casada y su antiguo amor está tratada de una manera eficazmente melancólica, el affair entre el esposo y su atractiva compañera carece de la fuerza que debería. Gran parte de la culpa de esta desigualdad reside en la inexistente química entre Sam Worthington y Eva Mendes, que se limitan poco más que a decir sus diálogos y lucir sus atractivos cuerpos. Por si fuera poco, su labor queda aún más empequeñecida si lo comparamos con el espléndido trabajo de una magnífica Keira Knightley, como esa esposa en un mar de dudas, y un sensible Guillaume Canet, un escritor que no ha podido recuperarse de ese breve amor que sintió por la que ahora es una mujer casada.
No obstante, a favor de Tadjedin, hay que mencionar la soltura con la que está llevada toda la película y la escasa pacatería de una moraleja que aboga por las mentiras piadosas y el perdón de los affairs.